El
mejor vino no debe ser el más caro, sino el que más le guste a la persona que
lo va a tomar. Existen múltiples estudios que indican que más de la mitad de
los consumidores no sabemos apreciar la diferencia entre un vino de 35 euros y
otra 7 veces más barata.
En
múltiples ocasiones hemos dudado en el momento de la compra, entre dos vinos
cuya única diferencia es el precio. Pues bien, en un estudio realizado por el
psicólogo inglés Richard Wiseman, ha demostrado que para la mitad de los
consumidores no entendidos en vino, no son capaces de diferenciarlos a la hora
de catarlos.
El
estudio se basó en una experiencia muy sencilla: un grupo de consumidores
tuvieron que probar dos vinos de una misma variedad, uno de los cuales – por
ejemplo – costaba 35 euros y el otro tan sólo 5.
Después
de catar los vinos, tan sólo el 53% de las personas que participaron en el
estudio, fueron capaces de diferenciar el “vino caro” del “vino barato”, en el
caso de Vinos de Variedades Blancas. Esta cifra descendió al 47% en el caso de
Vinos elaborados con Variedades Tintas. Como podemos observar, estos no son los
datos que podríamos esperar dada la diferencia de precio.
Este
estudio nos indica, que la mejor manera de saber si un vino es bueno o no es a
través de su prueba, ya que nos podemos encontrar vinos excelentes a un precio
asequible.